Sin talismanes ni denarios

No te encuentras tan lejos ( mi enemigo),
Cayeron las barreras y los mares…,
Son ahora breves charcos,
A merced de los puentes,
Que hemos tendido para nuestros pasos.


Sin talismanes ni denarios,
Anclamos en puertos regidos por estrellas,
La luz que nos abraza no es superflua,
Y el agua que nos sacia,
También nos llena de pureza.

Soy también la semilla germinada,
Que desde el inicio ha buscado libertad,
Soy apenas un eslabón necesario,
Que incansable busca ser ese árbol,
Con raíces que idolatren humanidad.

Nuestro horizonte se ha aclarado,
Tu nombre ya se escribe en nuestras letras,
Hemos cortado finalmente los hilos,
De este mundo que ha adoptado,
Desde el inicio el arquetipo de las marionetas.

El combustible que te alimenta,
Escasea en estos tiempos de sangres que se inquietan,
Las legiones que antes nos golpeaban,
Hoy se inclinan respetuosas,
Ante el pedestal de nuestras verdades.

Queda mucho camino todavía (lo sé),
Quedan muchas vidas aún,
A la dulce espera de este cofre,
Que atesora y protege como el fuego,
Las llaves más profundas,
Y el rojo vivo de las rosas.

Respiro y endulzo mis pulmones,
Con el néctar de este pensamiento que me escribe,
Se me inquietan los labios y mis manos,
Hoy son falanges,
Furiosas y brillantes en mi bandera.

(Que enarbola libertad,
Y te promete una batalla,
que sabe no podrás ganar.)

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