Inventario de una tarde en Buenos Aires

Recuerdo un fantástico poema,
Escrito por ese hombre que supo mostrarme el camino,
Y que acaso yo sin saberlo,
He aprendido algunos de sus vicios.

El tenía un altillo,
Y la melancolía de una casona,
Con la silla de ruedas del difunto,
Y el mapa de Royce,
O tal vez cualquier otro libro.

Pero a diferencia suya,
Mi inventario me condena,
Yo no siento nostalgia en estos momentos,
En esta tarde de febrero.

Yo tengo una botella vacía y caída sobre el piso,
La pava en el fuego que luego será café,
Tengo el punzante sol que he dejado afuera,
Y he ocultado con la sábana,
Que en el día uso de cortina.

Tengo un dolor en el pecho que me da cierta preocupación,
Pero que sin embargo jamás comentaré a nadie,
Si la muerte debe venir a buscarme,
Que lo haga en este barrio,
en Palermo,
en Julián Álvarez y Juncal.

Este barrio que me ha seducido con sus piernas,
Y que cíclicas las veo entrar y salir en las penumbras del hall,
Este barrio que me ha robado los escrúpulos,
Y me ha enseñado a decir Te amo,
Sólo para acostarme junto a vos.

Hay varios libros sobre la mesa…,
La trilogía de Alexandros escrita por un antropólogo Italiano,
Drácula, El imperio de los dragones,
La obra poética completa de Borges,
Más allá del bien y del mal de Frederic,
Una selección de poesías de Ruben Darío,
Y cuentos de locura, amor y muerte de Quiroga.

También tengo las palabras de Tupac en el estero,
Y las contestaciones de Biggi
ambos ya bajo la tierra,
La novena sinfonía de Bethoveen,
Y algunas obras de Chopin.

Los cigarrillos desparramados por el suelo,
Y unos tremendos deseos de masturbarme,
Deseos que desde ayer vengo reprimiendo,
Pues sé que hoy vendrás únicamente para eso.

Tengo tristeza y depresión,
Pues nuevamente he comprendido que ya no puedo escaparme,
Ni de estas paredes ni de estos versos,
Ni de esta pluma que se gasta,
Y se cansa ya del juego.

Tengo la luz y el botón del baño averiados,
Tengo el calefón que funciona cuando quiere,
Tengo un colchón sobre el que me recuesto,
Aunque hace días que no logro conciliar el sueño,

Tengo cinco princesas y una,
Con quien no hace mucho comenzamos a jugar a los besos,
Tiene los ojos del color del cielo,
Y reconozco que me intriga saber,
Que parte ha heredado del infierno.

Tengo una encrucijada que me gusta,
Estoy a punto de volver a ver el sol,
En el sur nos dimos nuestro primer beso,
Y en Buenos Aires,
Me has robado el corazón.

Tengo nuestras eternas conversaciones,
Y ese mágico milagro que es abolir el tiempo,

Me tenés…,
No se si te tengo…,

Pero sí es seguro que haré el intento,
De besarte hasta sentir,
Que ya no duermes por las noches,
Pues sigues deseando,
Que mis besos,
Se acurruquen en tus labios.

3 comentarios:

duna dijo...

¡¡Muy bueno!! .Me lo llevo, no digo mas..Beso

danteno dijo...

waw siempre facinante!
Saludos!

rafaelcarreon dijo...

lindo inventario... aunque un poco romántico para mi gusto :p