Vida.

Buscar la estrella que nos promete redención,
y caminar al compás de la alegrías,
que sueñan en un clavicordio,
y antes en las manos de Mozart.

Sentir el sábado y la mañana,
al sol y a mi madre,
junto al ritual del mate y el azucar,
en el tiempo y en la vida.

Dejarse regar por las charlas y las imágenes,
que nunca podrán borrarse ni opacarse,
como un nogal y una enredadera,
que crecen a la luz de la vida,
y que comprenden que el silencio,
es también parte de la melodía.

1 comentarios:

esperanza dijo...

SI ME GUSTO MUCHO