Lucharás contra un imperio.

Tu camino ha de ser tirano,
deberás luchar contra enemigos y contra tí mismo,
pocas son la personas que querrán tu triunfo,
y muchas las que lucharán insaciables,
por verte agasapado en el barro.

Lucharás contra un imperio,
que no escatimará ni esfuerzos ni recursos,
para exiliarte en la misma miseria,
en la que hoy viven tus hermanos.

Desde hace siglos reina este imperio,
y con el tiempo ha sabido endurecerse,
imparte temor y sumisión con sus gladios,
y miseria a través de sus denarios.

La fuerza no la hallarás fuera de tí mismo,
deberán tus sueńos convertirse en planes,
respeto, sabiduría, convicción y estrategia,
han de ser tu fuego, aire, agua y tierra.

No tienes nada que perder,
y en cambio tienes todo por ganar,
tienes una meta que deberás alcanzar,
tatuada en tu pecho,
y en la sangre que ha muerto en la lucha.

Y no solamente lo harás por tí,
lo harás por la falta de oportunidad,
que se ha instalado en la mirada de esos nińos,
a los que han podido diezmar.

Ya has lanzado la Zaeta al cielo,
y has dado el primer paso y la primer estocada,
atrás nada queda,
delante tienes todo lo que buscas.

Nunca deberás retroceder,
y nunca retrocederás,
así que toma tu sable curvo,
y corta las cabezas de los miserables.
hasta que tu verdugo se haga presente,
y la historia vuelva a comenzar.

3 comentarios:

nightjoe dijo...

y a que conduce luchar cuando la desolación sea el resultado de esa lucha?

fabio dijo...

la lucha nos llama antes de haber nacido y después de muertos... ¡también ahora! es infinita y sólo conoce la victoria definitiva. Eso me inspira leerte... en este mismo momento cuando las derrotas abruman y sólo son bruma... ¡já! Me ha gustado mucho leer tu escrito.


También me interesa la interrogación interesante de nightjoe... la desolación no existe, me parece, salvo la aberrante, que ya fue vencida... eso creo. ¡Saludos!

Anónimo dijo...

noche2 no desistir pronto la coriente cambiara y los pueblos renaseran orgullosos y libres