Página dedicada a la memoria de Nestor Kirchner.

Le contaré a mis hijos futuros lo acontecido en este día. Morir es algo común, triste, libertario, horroroso, profundo, sublime, místico, inclusivo. Murió un hombre que era también estandarte de un suspiro asediado y libertario. Murió un hombre y es como si hubieran muerto incontables hombres. Murió un hombre que profesaba los tesoros que anidan en las almas patrióticas, libres y soberanas. Murió un hombre al que yo respaldaba en sus aciertos y sufría en sus errores. Murió un hombre que era la palabra en la boca del que sangraba en el silencio. Murió un hombre que contribuyó a sentar las bases que traerán gloria en épocas futuras a estas tierras de sufrida historia. Murió un hombre que trajo bendiciones y conquistas. Murió un hombre que supo decolorar a la perfecta rosa infectada y putrefacta: ¡A la Patria! Lijándole con dulzura y valentía el reflejo equivocado que habían impregnado los mercados y los asesinos que compran y venden libertades. Murió un hombre apasionado, y esa diablura tal vez lo justifica. Murió un hombre que dio más de lo pedido. Murió un hombre que ayudó a liberar el sentido corrompido del presente, del pasado y del futuro. Pocos comprenderán el legado que éste hombre ha dejado. Pocos tendrán el valor de tomar esa ardiente rosa con sus propias manos. Pocos sabrán apreciar la importancia suprema de esa blanca hoja compartida que deberemos llenar con nuestras plumas tan dolidas. Pocos, muy pocos lo harán. Los buitres al acecho exhibirán su pretérita cobardía. Los pobres que enarbolan la bandera del billete, de la esclavitud y del confort, saldrán a abrazarse a lo que digan las pantallas de la tele. Murió un hombre y es como si hubieran muerto incontables hombres. Murió un hombre, no un héroe. Murió un hombre, no un sueño. Murió un hombre, no el pensamiento de una patria soberana y justa. Murió un hombre y lo llora Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil… Toda la América latina que continúa luchando por ese sueño y ese cambio. Murió un hombre y me duele aceptarlo. No lo amo, no lo idolatro, no lo conozco, pero lo respeto y apoyo y critico. Le agradezco el coraje y la libertad y el ejemplo. ¡Sí se puede! ¡Sí se debe! La soberanía es un derecho que debe ejercerse y defenderse con la propia vida. Murió un hombre cuyo nombre ha sido blasfemado hasta el hartazgo. Y ahí está el legado: Abrazarse a sus aciertos y corregir sus desaciertos. Es fácil desde las sombras y la miseria de la defensa individual, crucificar al que se expone y sueña con cambiar. ¡Argentina! Patria de hombres valientes y mercenarios y sicarios. Ha muerto el mejor presidente desde el retorno de la democracia. Ha muerto un hombre: No un sueño, ni un proyecto, ni el coraje, ni la lucha. Ha muerto un hombre, pero su alma está viva para siempre en la memoria del que sueña con la paz, el amor y la justicia.

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